¿PLANTILLAS BIOMECÁNICAS VS PLANTILLAS POSTUROLÓGICAS?

¿PLANTILLAS BIOMECÁNICAS VS PLANTILLAS POSTUROLÓGICAS?

Para llegar a prescribir un tratamiento con “plantillas” previamente debemos realizar un
examen exhaustivo del paciente, desde la anamnesis hasta el análisis de la marcha del
paciente.
Como PODÓLOGO, no me centro sólo en el pie, pues mi profesión me capacita para tratar el
cuerpo como un todo…

y es lo que se debe hacer para llegar a la raíz del problema, que muchas
veces puede ser por la propia estructura del pie, y otras ser ajeno a éste y tener repercusiones
en él. Es importante saber determinar esto.
Personalmente, intento aislarme de todos los datos a los que pueda acceder hasta finalizar la
exploración y con ello con el diagnóstico o posible diagnóstico ya en la mano. Por ello, empiezo
con la exploración del paciente en sedestación (sentado y tumbado en la camilla), sigo con la
exploración en bipedestación (de pie) explorando de “los pies a la cabeza” literalmente, esto
es muy importante. Realizando un análisis profundo a nivel de cadera y raquis (columna
vertebral: lumbar, dorsal y cervical) en los diferentes planos y movimientos. Y finalmente, ya
teniendo la idea de cómo va andar mi paciente, procedo a analizar la marcha, viendo cómo
funciona cada estructura por separado y el cuerpo globalmente y termino con el análisis del
pie en la plataforma de presiones.
Desde hace un tiempo estoy recibiendo pacientes derivados por otros profesionales sanitarios
con problemas de diversa índole que, a priori, parecen no tener mucho que ver con la figura
del podólogo. Es por esto por lo que empecé a interesarme, a leer, a intentar comprender y
aprender podoposturologia.
Entendemos por posturología la disciplina del área de la salud que estudia el Sistema Tónico
Postural (STP), su regulación, alteraciones, adaptaciones y formas de tratamiento.
Con esto, en el pie presentamos infinidad de terminaciones sensoriales que siendo
estimuladas correctamente, pueden tratar problemas como por ejemplo los mareos, entre
otras muchas. De hecho, llama la atención que los motivos de consulta de los pacientes
cambian y puede parecer que poco tienen que ver con nosotros los podólogos.
Las plantillas biomecánicas, acomodan o corrigen el pie, evitando movimientos patológicos, las
podoposturológicas estimulan captores sensoriales plantares para tratar disfunciones a nivel
global. Estimulando ciertas zonas del pie, conseguimos armonizar los movimientos corporales.
Por ello, su posible combinación me parece más que interesante y los resultados son
excelentes en la mayoría de los casos. Tan buenas son unas como otras aplicándolas como
corresponde y mejor puede resultar su combinación.

CASO CLÍNICO
Paciente mujer de 15 años de edad, estudiante, 55kgs de peso, acude a consulta por presentar
mareos periódicos y lumbalgias, además de añadir que cree que anda mal.
Los episodios de mareo se producen aproximadamente desde hace 4 meses, indicando que fue
a raíz de pasar mucho calor en las vacaciones de verano. Le han realizado pruebas vestibulares
de oído sin observar disfunciones. Ha sido tratada con fisioterapia, ya que se contracturaba
fácilmente a nivel cervical, notando mejoría en un principio pero volviendo a recaer.
Realizo exploración biomecánica y postural obteniendo los siguientes resultados:
Articulación subastragalina neutra en bipedestación, marcha ligeramente pronada, más
marcada en pie derecho, pero nada alarmante. El desplazamiento del centro de masa en
bipedestación estática es hacia la pierna izquierda. Realizamos test de Romberg con los ojos
cerrados viendo que el desplazamiento del cuerpo es muy marcado hacia delante.
La cadera tiene una función normal, pero a nivel del raquis la cosa cambia: presenta una
disfunción generalizada (DG) en términos posturales, en prácticamente todos los movimientos
a nivel lumbar, dorsal y cervical. Incluso una ligera actitud escoliótica SIN disimetría (diferencia
de longitud de miembros inferiores).
Mi propuesta de tratamiento es realizar plantillas combinadas, biomecánicas (para controlar la
ligera pronación) y posturales (para tratar la disfunción a nivel de columna). Aconsejo además,
por la morfología de su pie (presenta un pie cavo anterior que a nivel de rodilla se traduce en
un genu recurvatum y lordosis a nivel lumbar), llevar un calzado con elevación a nivel
posterior.
La paciente acude a revisión, muy satisfecha indicando que desde que lleva el tratamiento no
ha tenido mareos ni molestias lumbares, su madre indica que incluso le ha cambiado el
carácter. La cito en 6 meses para revisión.
No queda más que agradecer la confianza depositada y mostrar también la gratitud que me
aporta poder mejorar la calidad de vida de mis pacientes. Y hacer también hincapié en la
importancia del trabajo multidisciplinar entre los diferentes profesionales de la salud y
sumirnos en un constante aprendizaje para tener cuanto más armas terapéuticas mejor en
nuestros tratamientos.

Jose Manuel Miró Gumbau
PODÓLOGO col. 2670