ANÁLISIS DE VIDEO 2D DE LA DINÁMICA DE CARRERA
Desde hace ya algún tiempo, sobretodo en deportistas, me han dado muchos quebraderos de cabeza patologías que no se han resuelto con plantillas. Muchos eran los runners que acudían a mi consulta con varios pares de plantillas hechos, indicando que la patología seguía persistiendo. Esto puede ser debido a errores en la técnica de carrera que se producen más allá del periodo de apoyo del pie en el suelo, cuando realmente la plantilla está funcionando.
Con ello no quiero decir que no se necesiten plantillas, a lo que me refiero es que debemos ser capaces de identificar el momento en el cuál actúa cada músculo, cómo actúa y qué movimiento produce la patología. Y tener muy claro los límites del tratamiento que vamos a realizar. Identificando el problema podemos llevar a cabo el tratamiento más adecuado y personalizado a nuestro paciente, tanto modificando su técnica de carrera como si es necesario aplicarle un tratamiento ortopodológico o incluso ambos. En este contexto entran tanto estiramientos, como ejercicios propioceptivos, de potenciación muscular y/o la necesidad de instaurar un tratamiento con plantillas.
Muchos son los corredores que realizan una gran carga de kilómetros sin preocuparse de acompañarla con trabajo muscular, y cabe decir que cualquier exceso o defecto de potencia muscular producen modificaciones en la mecánica que hacen que el músculo más tónico sustituya parcialmente la función del más débil, produciendo adaptaciones funcionales que pueden ser perjudiciales. Por este motivo siempre recomiendo trabajo muscular más allá del simple gesto deportivo de correr.
En la marcha normal humana (no carrera) o en la modalidad de marcha, hay una fase en la que ambos pies se encuentran en el suelo (es decir, NO se produce fase de “vuelo”). Esto cambia cuando corremos, ya que solamente un pie se encuentra en contacto con el suelo y el otro se mantiene en el aire o incluso ambos suspendidos simultáneamente en el aire durante la dinámica. Si hay algún desequilibrio en este momento, también se producen patologías, al igual que cuando el pie se encuentra en contacto con el suelo. Por ello es tan importante determinar en qué instante se produce el problema para dar un tratamiento satisfactorio en todo momento.
Tener esta herramienta es muy eficaz tanto a nivel de tratar patologías como de predecir de qué patologías puede padecer el paciente, e intentar modificar el entrenamiento para prevenirlas. Como siempre, es importante un trabajo multidisciplinar, bien con un fisioterapeuta (en mi caso) o con profesionales que se dedican a readaptación deportiva.
A continuación, os pongo un caso con patología a nivel de rodilla, por eso realizamos la goniometría de esa articulación (el paciente ha sido también grabado en plano frontal y posterior sin observarse nada reseñable).
- Contacto inicial
- Máxima absorción del impacto
- Propulsión
- Oscilación inicial (en éste caso pendular).
- Oscilación media
- Oscilación final (pre-contacto)
Al finalizar la grabación, pregunté si alguna vez había tenido el Síndrome de la Cintilla Iliotibial y tendinitis Aquílea, a lo que el paciente respondió que había estado varios meses prácticamente en “dique seco” por un Síndrome de la Cintilla Iliotibial y que, actualmente, padece de tendinitis Aquílea.
En el análisis de la dinámica de carrera, se aprecia un déficit de flexión de rodilla, además de un aumento de la flexión dorsal de tobillo cuando el pie contacta con el suelo, mecanismo que implica un aumento tensional a nivel del tendón de Aquiles. Esto explica en parte las patologías que refiere. Se indican las pautas de entrenamiento a seguir, además de ejercicios de potenciación muscular y estiramiento.