EL PODER DEL TACTO
Que tocar cura es un hecho. No me malinterpreten. No hablo de imponer las manos sobre otra persona, como un ser con cualidades mágicas. Tocar sabiendo. Tocar con tacto. Tocar con buena percepción táctil y buena determinación. Tocar con intención. Eso es lo que cura. Tocar con conocimiento de causa. Con anatomía. Anatomía y fisiología. Tocar mediante estudio. Mediante evidencia. Y, como sabemos, el mundo de la evidencia científica está en continua y próspera evolución.
En un reciente estudio publicado en Frontiers in Human Neuroscience, se habla de que a pesar de los años de experiencia clínica acumulada que un terapeuta pueda tener, hay poca información sobre lo que ocurre a nivel fisiológico cuando se entra en contacto con el paciente. Y, aunque así sea, se puede extraer de la investigación una conclusión no exenta de esperanza ya que se observa que la atención puesta en la experiencia palpatoria por parte del terapeuta tiene relevancia en cuanto al efecto que provoca en el paciente. (1) O, en otras palabras, la intención del terapeuta determina el acto de tocar. Y, si se toca con una intención previa, se pueden llegar a obtener resultados terapéuticos. Como dice el brillante doctor en Osteopatía Leon Chaitow: La palpación intencionada es la esencia del tratamiento eficaz.
Además, se sabe que los cambios producidos en el tejido blando del paciente (músculos, ligamentos, tendones) y el reconocimiento de la alteración del movimiento forman parte de las bases fundamentales para realizar un buen diagnóstico. Tanto es así que, en el mundo sanitario, el profesional habitualmente trata de realizar juicios sobre su percepción en base a la presencia de una disfunción fundamentada en la información sensorial que integra su sistema nervioso. Es decir, interpreta lo que cree que puede saber por su experiencia táctil. Sin embargo, este es un proceso difícil ya que se emiten a menudo juicios de calidad que carecen de procedimientos o reglas para ser descritos y, por tanto, deben ser interpretados bajo este concepto. (2)
Es complicado explicar una percepción, una sensación. Y es en este campo en el que los profesionales dedicados al ámbito de la salud debemos seguir mejorando.
De igual manera, para ser capaces de interpretar la interacción manual terapeuta-paciente se ha descrito un sistema llamado MINE (Musculoesquelético, Inmune, Nervioso y Endocrino). Éste interactúa en respuesta a la estimulación mecánica que se percibe como tacto y ante estímulos nociceptivos interpretados como dolor.
Será la alteración de este sistema la que, en la mayoría de los casos se verá reflejada en el organismo del paciente como disfunción y esto será observable mediante la examinación palpatoria llevada a cabo por un profesional de la salud. (3)(4)
Por último, la ciencia proporciona una justificación neurofisiológica para los efectos del tacto sobre la percepción. La oxitocina, hormona liberada en el cerebro en respuesta al tacto, así como por el sentimiento de confianza de un paciente sobre el propio terapeuta, provoca sentimientos inconscientes de bienestar, un umbral de dolor elevado y otros estados físicos y mentales positivos. Así pues, el tacto tiene efectos fisiológicos directos que ahora se están entendiendo como verdaderas alteraciones en la función cerebral. (3)
Si además de esto, damos el valor apropiado a la profundización en el vínculo paciente-terapeuta, que emerge dentro del examen palpatorio y el tratamiento, queda de manifiesto la importancia entre tocar y ser tocado. (4)
En definitiva, para el paciente, el tacto comunica una sensación de ser examinado exhaustivamente, cuidado, y ser tratado por un profesional de la salud. Para el terapeuta, el tacto es un proceso para recoger y monitorear continuamente los datos clínicos. Además, si existe sentimiento de confianza, el cerebro está preparado para generar bienestar (gracias a la oxitocina) al mismo tiempo en el que el paciente es tocado.
Es por ello que, todo aquel profesional de la salud debería ser consciente de la importancia por preservar el acto de tocar al paciente. Y es que el tacto es la joya que define la praxis terapéutica como uno de los pilares en la relación terapeuta-paciente.
¿Quizá ésta sea la actitud que marque la diferencia entre los diferentes profesionales de la salud? ¿La diferencia reside en la atención que se presta a lo que estamos haciendo y la intención con la que se toca al paciente?
PABLO GUAL MONTOLIO (FISIOTERAPEUTA)
Nº COLEGIADO ICOFCV: 4733
BIBLIOGRAFIA
- Cerritelli F et al. Effect of Continuous Touch on Brain Functional Connectivity Is Mdified by the Operator’s Tactile Attention. Frontiers in Human Neuroscience. 2017;11:2879
- Esteves J. et al .Investigando el rol de la visión y el tacto en el diagnóstico de la disfunción somatica. International Journal of Osteopathic Medicine. 2010;104–131.
- Patterson M. Touch: Vital to Patient-Physician Relationships.JAOA.2012
- Mitchell E. et al. Touch- More than a basic science. JAOA 2012;112(8):514-517